Tras la incorporación del Centro de Control y Confianza (C3) a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California (SSCBC), la Fraternidad Policiaca pidió revisar y flexibilizar los criterios de evaluación para aspirantes y agentes en activo, al considerar que las pruebas actuales castigan la honestidad y no el riesgo real.
Antonio Navarrete Castillo, presidente del organismo, expuso que existen rechazos por motivos que, a su juicio, no deberían ser determinantes, como tener un familiar con antecedentes penales, admitir el consumo de alguna sustancia en la juventud o rebasar por pocos kilogramos el peso requerido.
Señaló que los filtros financieros también resultan excesivos. Recordó que, de 29 policías municipales evaluados hace casi dos años, nueve no acreditaron el C3 por no poder comprobar montos relativamente bajos, de entre cinco y diez mil pesos, sin que se les permitiera aclarar su origen.
Navarrete Castillo insistió en que muchos elementos no acuden preparados para ese tipo de requerimientos y que, en algunos casos, el dinero proviene de apoyos familiares, incluso de parientes que trabajan en Estados Unidos.
Finalmente, llamó a establecer mecanismos de seguimiento más justos sobre el crecimiento patrimonial de los policías, en lugar de aplicar criterios que —dijo— terminan debilitando la captación y permanencia de personal.

