POR: VÍCTOR ADRIAN RAMÍREZ PEDROZA.
MEXICALI.- Después de la tormenta viene la calma, y; también la basura, como se evidencia cada ocasión que en nuestra ciudad se presentan precipitaciones regulares.
Los cachanillas nos quejamos de los encharcamientos y de que no funciona el drenaje pluvial (donde lo hay) como debería.
Sin embargo después de las lluvias, las alcantarillas quedan saturadas de basura que la corriente arrastró y en su momento obstruyó el correcto flujo del agua, evidenciando con esto la pésima costumbre de arrojar todo tipo de deshechos a la calle, con las consecuencias que esto significa.