Por Jaime Delgado
MEXICALI.-La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en contra de la «Ley Bonilla» puso en crisis a Morena, sobre todo en el marco de un proceso electoral de renovación de alcaldías, Congreso del Estado y gubernatura.
Fue un grave error estratégico apostar todo el capital político a la permanencia de una persona en el poder, más que a un proyecto de transformación encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque se buscaba dejar atrás un régimen de corrupción y decadencia encabezado por el ex gobernador «Kiko» Vega, que encarnaba todos los vicios de la política mexicana.
Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación puso al desnudo un sistema corruptor mucho peor, que utilizó las instituciones para promover la corrupción política, y que gracias a los Ministros le aplicaron un golpe mortal a esa estrategia de ampliar la gubernatura de 2 a 5 años. En vivo y con una alta audiencia, fuimos testigos de las acusaciones contra un grupo de 32 políticos que hicieron fraude a la Constitución Política del país.
El Juicio ha pasado a la historia, el lema de «Juntos Haremos Historia en Baja California» se redujo en cosa de 2 horas a un intento de burlar el mandato popular, de la manera más burda nunca antes vista, y por eso lograron su objetivo de pasar a la historia.
Ahora la pregunta: ¿qué le depara a Baja California ante este nuevo escenario, y particularmente a la fuerza política que había logrado despertar la esperanza del cambio y transformación?
¿Regresarán los panistas o los priístas? ¿Morena puede recuperar el espíritu original del movimiento que logró llevar a las urnas a cientos de miles de ciudadano? ¿Dónde quedó el programa de tranformación profunda y verdadera, que hoy se ve reducido al reparto de despensas a discreción y al manejo de una crisis de salud que nos coloca en los primeros lugares de muerte y contagio, sin mencionar el tema de inseguridad?
La elección estatal de 2021 abre las distintas rutas para disputarle a Morena el liderazgo en las preferencias electorales, pero aderezado con la «Ley Bonilla» y la crisis del gabinete, además del impacto económico de la crisis que todavía no termina de configurarse.
Morena el 2021 no ha logrado construir una institucionalidad, puede ser su punto de derrota porque carece de reglas para definir candidaturas de manera democrática, y podría derivarse en una fragmentación mayor. No hay dirigentes estatales, mucho menos municipales, llena de gente excluida por sus correligionarios que están en el gobierno.
¿Qué pasaría si el gobernador Jaime Bonilla no puede definir a un «delfín» como candidato? Traicionaría al Partido y al mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, repitiendo la historia de 1989 con el caso de Xicoténcatl Leyva Mortera y el ex presidente Carlos Salinas.
Jaime Bonilla está en la ruta de irse en contra de la línea presidencial y del secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrad.
1 comentario
Hasta la saciedad lo advertimos antes y despues de electo el GANGSTER. Ni sus desplantes, ni su ausencia de elemental manejo político ni mínimo decoro en su conducta personal, hizo evidente para la gran mayoría de los opinadores en los medios la verdadera catadura de este tipo, salido de las tuberías de los grupusculos priistas, apadrinado además por Xico, defenestrada tarjeta de presentación. Ahora veremos lo divertido y trágico de un proceder extraviado. Si les pareció que la irrelevante frivolodad baquetona de Kico era lo peor, preparense. Y por otro lado: el antipanismo suele reducir a vega la impronta del Accional Nacional en B.C. Esta ridicules se cae por si misma, se los he dicho mil veces: con argumentos y numeros en la mano, LOS GOBIERNOS DE ACCION NACIONAL -con todo y sus hierros, que los ha habido- HAN SIDO INFINITAMENTE SUPERIORES QUE NINGUOS OTROS! Quien recoge el Guante? NADIE, POR SUPUESTO!