MEXICALI.-La palabra lealtad es la palabra favorita en el círculo cercano al Gobernador Francisco Kiko Vega después de la lucha que emprendieron para representar al Poder Ejecutivo del Estado.
Vapuleados en el PAN en los primeros dos intentos por buscar la Gubernatura del Estado, los “Kikistas” aguantaron vara como se dice y sobrevivieron mucho tiempo fuera de la nómina o en cargos públicos modestos.
El problema de esa lealtad que pregonan que es concebida como disciplina y entrega hacia el proyecto político de «Kiko» Vega fue una como candidato, y otra muy diferente al llegar al poder.
En el poder la lealtad se demuestra con acciones y resultados a favor de la ciudadanía que condecoren la figura del mandatario estatal, pero al parecer se desfiguró el concepto porque «Kiko» Vega se ubica como uno de los peores gobernadores que ha tenido Baja California.
Esa lealtad que hoy es deslealtad la podemos ejemplificar con funcionarios mediocres, servidores públicos haciendo negocios en sus áreas, otros nadando de “muertitos” y muchos más cobrando en espera que se termine de hundir el barco para correr.
Algunos “Kikistas” culpan de todo el desastre al Gobernador del Estado, consideran que ellos no le fallaron, que más bien él les falló, porque nunca gobernó, delegó todo y sólo le puso atención a su actividad empresarial.
Muchos “Kikistas” presumen aún su lealtad con su jefe, pero de los dientes para afuera, porque diariamente hacen quedar mal a su jefe.
En el gabinete del Gobernador hay tres grupos: los amigos de siempre (los «Kikistas»); los «socios» con los que tiene vínculos empresariales; y están los colaboradores coyunturales.
Haciendo una evaluación de los tres, quienes mayormente han perjudicado al Gobernador son sus amigos ante tanta negligencia, falta de oficio político y miopía para atender los problemas coyunturales.
Los “Kikistas” tardaron mucho para llegar al poder, pero hoy no hay plazo que no se cumpla, y en junio entrante será el juicio final donde Morena ganará de calle las elecciones.
Se acabo el tiempo para reivindicarse con la sociedad, donde hoy no sólo la mala administración está afectando a los maestros y empleados de base, sino a personal de confianza que son quienes salen a las campañas a dar la cara por Acción Nacional y hoy no tienen para los regalos de Navidad o Fin de Año.
Por cierto hay empleados de confianza que ganan entre 8 y 12 mil pesos mensuales, mismos que no deben subestimar pagándoles el aguinaldo sólo a los sindicalizados, quienes por cierto todos ganan arriba de 25 mil pesos.